25 de novembro de 2013

El pez solitario

       Había uma vez un pez que vivía solo en el fondo del océano. Su deseo era tener una compañera para toda la vida, y no había un día en que no lo pensaba.
      Sus amigos intentaban ayudarlo, diciéndole que su hora iba a llegar, pero el pezito se quedaba triste siempre que veía los otros pezes y sus compañeras: el caballito del mar, los delfínes y hasta los tiburones y estrellas.
     Entonces, pensó que devía cambiar su manera de agir para impresionar las hembras. Decidió aprender a bailar; empezó a estudiar las lenguas mariñas; pasó a nadar más bien compuesto y a ser notado por todos en el coral. Pero nadie le parecía buena companía; estaban interesadas en su exterior, no en su inteligéncia o personalidad.
     Así, el pez volvió a su canto piensando que su destino era viver solitario para siempre. Se acostumbró con esta idea y pasó a aceitarla, aceitando también a si mismo. Todo lo que hacía no era más para impresionar a nadie, solo para darle alegria y bien estar.
       Un bello día, un pez hembra extranjera llegó al coral, evadida de su país-océano de origen a causa de la violéncia de allá. Como el pezito hablaba otras lenguas, ellos se aproximaron aos poquitos y fueron descubriendo muchos intereses en comun. Se tornaron amigos; después de un tiempo se enamoraron, y el pez finalmente consiguió su compañera cuando no más a esperaba.

       ¿Cuál es la moraleja?

      No tienes que impresionar los otros esperando por algo o alguien; esto virá cuando tu estuvieres feliz consigo, y no más lo procurares.

Fábula criada como atividade do curso de espanhol.


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